Numéro CCCVII (307)
1º de Junio de 2013
AUTORIDAD MUTILADA
Un número de buenas almas desean que una Congregación sea fundada para reemplazar a la Fraternidad San Pío X. Pero, si bien comparto el temor de ellas que la FSPX está actualmente bien avanzada en el camino para inhabilitar su antiguamente gloriosa defensa de la Fe y vida católicas; y, si bien por consiguiente simpatizo con su deseo de ver otra Congregación como ella para tomar su lugar, no creo que ello sea posible y pienso que merece explicarse porque.
Cuando en 1970 el Arzobispo Lefebvre escribió la carta constitucional de acuerdo con la cual la futura FSPX se fundaría y funcionaría, a saber sus Estatutos, fue para él de gran importancia obtener la aprobación oficial para ellos por el obispo de la diócesis católica en la cual la casa original de la FSPX estaba situada. En cuanto a él le tocaba, obtener o no obtener esa aprobación significaba toda la diferencia entre fundar una Congregación de la Iglesia Católica y lanzar una asociación privada por su propia cuenta. El tenía todo el interés en fundar una Congregación católica, mucho menos interés en lanzar una institución privada.
De hecho, cuando fue a ver al Obispo Charrière de la Diócesis de Ginebra, Lausana y Friburgo para obtener esa aprobación, no tenía esperanzas. La Revolución Conciliar estaba por entonces bien en camino y era directamente contraria a lo que los Estatutos proyectaban. Sin embargo, providencialmente el Obispo Charrière dio su aprobación, tal vez porque sabía que se iba a jubilar pronto después. De cualquier manera, Mons. Lefebvre volvió alborozado a Ecône y un reporte incluso habla de él flameando triunfalmente en el aire los Estatutos nuevamente aprobadas.
Lo que eso significó para él fue que de allí en más, en cuanto a él le concernía, él tenía la autoridad de la Iglesia para construir una Congregación de la Iglesia. Si bien unos años más tarde, Roma iba a intentar retirarle tal autorización, este intento era intrínsecamente tan injusto según la ley de la Iglesia, que Mons. Lefebvre nunca dudó en continuar ejerciendo dentro de la FSPX toda la autoridad de un Superior clásico de una Congregación. Esa autoridad católica clásica tiene tal poder que enganchándola con arneses al carro de mentiras, los Papas Conciliares han sido capaces de destruir virtualmente la Iglesia Universal y, por estar siendo enganchado con arneses a un acuerdo práctico con Roma Conciliar, está ahora virtualmente destruyendo la FSPX. Por otro lado, sobre sacerdotes, monjas y laicos fuera de la FSPX, el Arzobispo Lefebvre nunca se arrogó a sí mismo ninguna autoridad otra que la de padre, consejero y amigo.
Pero, los días del Obispo Charrière hace tiempo que se fueron. ¿Cuántos obispos sanos quedan en la Iglesia oficial? Y, ¿cómo podría cualquiera de ellos aprobar hoy estatutos Tradicionales y anti-Conciliares? Es como si justo después que el Arzobispo se escapó del castillo católico con los Estatutos católicos en su mano, el portón levadizo Conciliar de hierro se desplomó detrás de él. “Ellos están mentalmente enfermos, pero tienen la autoridad”, dijo uno de los cuatro teólogos de la FSPX acerca de los teólogos Romanos después de las Discusiones doctrinales de 2009-2011. La FSPX es con seguridad la última en la línea de las Congregaciones clásicas a poder ser fundada, al menos hasta después del Castigo. Y duró solo unos cuarenta años.
Es por eso que, en mi opinión, “Lo que no puede ser curado debe ser soportado”. Y es por eso que, en este momento, me contemplo como siendo no más que padre, consejero y amigo para cualesquiera almas que llamen al liderazgo y apoyo de un obispo. Incluso esa es tarea suficiente. Que Dios esté con todos nosotros.
Kyrie eleison.
© 2011-2013 Richard N. Williamson.
Todos los Derechos Reservados. Se otorga una licencia no exclusiva para imprimir, re-enviar por correo electrónico y/o publicar este artículo en Internet a los usuarios que así lo deseen, en el entendido de que no realizarán cambios al contenido que se reproduzca o distribuya, así como el conservar esta notificación con todas y cada una de las reproducciones del mismo como se autoriza por la presente. Fuera de esta licencia no exclusiva limitada, ninguna parte de este artículo puede ser reproducida en ninguna forma, ni por medios electrónicos ni mecánicos, sin autorización expresa y por escrito del editor, con la excepción de críticos que pudiesen citar breves pasajes en una reseña o excepto en aquellos casos en donde los derechos del contenido que ahí se reproduzca le pertenezca a su autor(es) original o a algún otro titular de los mismos. La reproducción adici onal del artículo se sujeta, por lo tanto, a la autorización expresa del mismo.
1º de Junio de 2013
AUTORIDAD MUTILADA
Un número de buenas almas desean que una Congregación sea fundada para reemplazar a la Fraternidad San Pío X. Pero, si bien comparto el temor de ellas que la FSPX está actualmente bien avanzada en el camino para inhabilitar su antiguamente gloriosa defensa de la Fe y vida católicas; y, si bien por consiguiente simpatizo con su deseo de ver otra Congregación como ella para tomar su lugar, no creo que ello sea posible y pienso que merece explicarse porque.
Cuando en 1970 el Arzobispo Lefebvre escribió la carta constitucional de acuerdo con la cual la futura FSPX se fundaría y funcionaría, a saber sus Estatutos, fue para él de gran importancia obtener la aprobación oficial para ellos por el obispo de la diócesis católica en la cual la casa original de la FSPX estaba situada. En cuanto a él le tocaba, obtener o no obtener esa aprobación significaba toda la diferencia entre fundar una Congregación de la Iglesia Católica y lanzar una asociación privada por su propia cuenta. El tenía todo el interés en fundar una Congregación católica, mucho menos interés en lanzar una institución privada.
De hecho, cuando fue a ver al Obispo Charrière de la Diócesis de Ginebra, Lausana y Friburgo para obtener esa aprobación, no tenía esperanzas. La Revolución Conciliar estaba por entonces bien en camino y era directamente contraria a lo que los Estatutos proyectaban. Sin embargo, providencialmente el Obispo Charrière dio su aprobación, tal vez porque sabía que se iba a jubilar pronto después. De cualquier manera, Mons. Lefebvre volvió alborozado a Ecône y un reporte incluso habla de él flameando triunfalmente en el aire los Estatutos nuevamente aprobadas.
Lo que eso significó para él fue que de allí en más, en cuanto a él le concernía, él tenía la autoridad de la Iglesia para construir una Congregación de la Iglesia. Si bien unos años más tarde, Roma iba a intentar retirarle tal autorización, este intento era intrínsecamente tan injusto según la ley de la Iglesia, que Mons. Lefebvre nunca dudó en continuar ejerciendo dentro de la FSPX toda la autoridad de un Superior clásico de una Congregación. Esa autoridad católica clásica tiene tal poder que enganchándola con arneses al carro de mentiras, los Papas Conciliares han sido capaces de destruir virtualmente la Iglesia Universal y, por estar siendo enganchado con arneses a un acuerdo práctico con Roma Conciliar, está ahora virtualmente destruyendo la FSPX. Por otro lado, sobre sacerdotes, monjas y laicos fuera de la FSPX, el Arzobispo Lefebvre nunca se arrogó a sí mismo ninguna autoridad otra que la de padre, consejero y amigo.
Pero, los días del Obispo Charrière hace tiempo que se fueron. ¿Cuántos obispos sanos quedan en la Iglesia oficial? Y, ¿cómo podría cualquiera de ellos aprobar hoy estatutos Tradicionales y anti-Conciliares? Es como si justo después que el Arzobispo se escapó del castillo católico con los Estatutos católicos en su mano, el portón levadizo Conciliar de hierro se desplomó detrás de él. “Ellos están mentalmente enfermos, pero tienen la autoridad”, dijo uno de los cuatro teólogos de la FSPX acerca de los teólogos Romanos después de las Discusiones doctrinales de 2009-2011. La FSPX es con seguridad la última en la línea de las Congregaciones clásicas a poder ser fundada, al menos hasta después del Castigo. Y duró solo unos cuarenta años.
Es por eso que, en mi opinión, “Lo que no puede ser curado debe ser soportado”. Y es por eso que, en este momento, me contemplo como siendo no más que padre, consejero y amigo para cualesquiera almas que llamen al liderazgo y apoyo de un obispo. Incluso esa es tarea suficiente. Que Dios esté con todos nosotros.
Kyrie eleison.
© 2011-2013 Richard N. Williamson.
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