LA INFALIBILIDAD DE LA IGLESIA -- III
Las alocadas palabras y actos del Papa Francisco están al presente conduciendo hacia al sedevacantismo a muchos Católicos creyentes, lo cual es peligroso. La creencia que los Papas Conciliares no han sido y no son Papas puede comenzar como una opinión, pero demasiado a menudo uno observa que la opinión se convierte en un dogma y luego en una artimaña mental acorazada. Pienso que las mentes de muchos sedevacantistas se cierran porque la crisis sin precedente del Vaticano II ha causado a sus mentes y a sus corazones católicos una agonía que halló en el sedevacantismo una solución simple, y ellos no tienen ningún deseo de re-abrir la agonía re-abriendo la cuestión. Así que ellos absolutamente hacen cruzada para que otros se les unan en su simple solución y, haciendo tal cosa, muchos de ellos – no todos -- terminan desplegando una arrogancia y una amargura que no son signos ni frutos de un verdadero Católico.
Ahora bien, estos “Comentarios” se han abstenido de proclamar con certeza que los Papas Conciliares hayan sido verdaderos Papas, pero al mismo tiempo han argumentado que los argumentos sedevacantistas de costumbre no son ni concluyentes, ni obligan en conciencia a los Católicos, como algunos sedevacantistas quisieran hacernos creer. Retornemos a uno de sus más importantes argumentos el cual es de la infalibilidad Papal: los Papas son infalibles. Ahora bien, los liberales son falibles y los Papas Conciliares son liberales. Por consiguiente no son Papas.
A esto uno puede objetar que un Papa es ciertamente infalible solamente cuando él compromete las cuatro condiciones del Magisterio Extraordinario de la Iglesia, enseñando 1 como Papa, 2 sobre la Fe o la moral, 3 definitivamente, 4 obligando en conciencia a todos los Católicos. Después de lo cual los sedevacantistas y liberales a la par replican que la enseñanza de la Iglesia es que el Magisterio Ordinario Universal es también infalible, entonces – y aquí está el punto débil en su argumento -- siempre que el Papa enseña solemnemente aún fuera de su Magisterio Extraordinario, él debe también ser infalible. Ahora bien, la enseñanza liberal Conciliar es solemne. Por consiguiente debemos devenir o bien liberales o bien sedevacantistas, dependiendo por supuesto en quien está esgrimiendo este mismo argumento.
Pero lo que distingue la enseñanza que pertenece al Magisterio Ordinario Universal de la Iglesia no es la solemnidad con la cual el Papa enseña fuera del Magisterio Extraordinario, sino si lo que él está enseñando corresponde o no a lo que Nuestro Señor, Sus Apóstoles y virtualmente todos sus sucesores, los obispos de la Iglesia Universal, han enseñado en todos los tiempos y en todos los lugares -- en otras palabras, si corresponde a la Tradición. Ahora bien, la enseñanza Conciliar (ejemplo libertad religiosa y ecumenismo) está en ruptura con la Tradición. Por consiguiente los Católicos hoy en día no están obligados de hecho a devenir o liberales o sedevacantistas.
Sin embargo, tanto liberales como sedevacantistas perseveran en su exageración de la infalibilidad Papal por razones que no carecen de interés, pero esa es otra historia. De cualquier manera no se entregan fácilmente, y así es que retornan con otra objeción que merece ser respondida. Ambos dirán que argumentar que la Tradición es lo que distingue al Magisterio Ordinario es montar un círculo vicioso. Porque si la autoridad enseñante de la Iglesia, o Magisterio, existe para decir lo que es doctrina de la Iglesia, como lo hace, entonces ¿cómo puede la doctrina católica decir al mismo tiempo lo que es Magisterio? O bien el maestro autoriza lo que se enseña o bien lo que se enseña autoriza al maestro, pero no pueden ambos al mismo tiempo autorizarse mutuamente. Así que argumentar que la Tradición que se enseña autoriza al Magisterio Ordinario que está enseñando, está equivocado, y entonces el Papa es infalible no solamente en su enseñanza Extraordinaria, y entonces debemos devenir sea liberales sea sedevacantistas, ellos concluyen.
El porqué no hay círculo vicioso debe esperar hasta la próxima semana. Es tan interesante como el porqué ambos sedevacantistas y liberales caen en el mismo error sobre la infalibilidad.
Kyrie eleison.
Si cuatro condiciones todas en juego no entran.
Los Papas pueden errar en lo que dicen o enseñan.
Las alocadas palabras y actos del Papa Francisco están al presente conduciendo hacia al sedevacantismo a muchos Católicos creyentes, lo cual es peligroso. La creencia que los Papas Conciliares no han sido y no son Papas puede comenzar como una opinión, pero demasiado a menudo uno observa que la opinión se convierte en un dogma y luego en una artimaña mental acorazada. Pienso que las mentes de muchos sedevacantistas se cierran porque la crisis sin precedente del Vaticano II ha causado a sus mentes y a sus corazones católicos una agonía que halló en el sedevacantismo una solución simple, y ellos no tienen ningún deseo de re-abrir la agonía re-abriendo la cuestión. Así que ellos absolutamente hacen cruzada para que otros se les unan en su simple solución y, haciendo tal cosa, muchos de ellos – no todos -- terminan desplegando una arrogancia y una amargura que no son signos ni frutos de un verdadero Católico.
Ahora bien, estos “Comentarios” se han abstenido de proclamar con certeza que los Papas Conciliares hayan sido verdaderos Papas, pero al mismo tiempo han argumentado que los argumentos sedevacantistas de costumbre no son ni concluyentes, ni obligan en conciencia a los Católicos, como algunos sedevacantistas quisieran hacernos creer. Retornemos a uno de sus más importantes argumentos el cual es de la infalibilidad Papal: los Papas son infalibles. Ahora bien, los liberales son falibles y los Papas Conciliares son liberales. Por consiguiente no son Papas.
A esto uno puede objetar que un Papa es ciertamente infalible solamente cuando él compromete las cuatro condiciones del Magisterio Extraordinario de la Iglesia, enseñando 1 como Papa, 2 sobre la Fe o la moral, 3 definitivamente, 4 obligando en conciencia a todos los Católicos. Después de lo cual los sedevacantistas y liberales a la par replican que la enseñanza de la Iglesia es que el Magisterio Ordinario Universal es también infalible, entonces – y aquí está el punto débil en su argumento -- siempre que el Papa enseña solemnemente aún fuera de su Magisterio Extraordinario, él debe también ser infalible. Ahora bien, la enseñanza liberal Conciliar es solemne. Por consiguiente debemos devenir o bien liberales o bien sedevacantistas, dependiendo por supuesto en quien está esgrimiendo este mismo argumento.
Pero lo que distingue la enseñanza que pertenece al Magisterio Ordinario Universal de la Iglesia no es la solemnidad con la cual el Papa enseña fuera del Magisterio Extraordinario, sino si lo que él está enseñando corresponde o no a lo que Nuestro Señor, Sus Apóstoles y virtualmente todos sus sucesores, los obispos de la Iglesia Universal, han enseñado en todos los tiempos y en todos los lugares -- en otras palabras, si corresponde a la Tradición. Ahora bien, la enseñanza Conciliar (ejemplo libertad religiosa y ecumenismo) está en ruptura con la Tradición. Por consiguiente los Católicos hoy en día no están obligados de hecho a devenir o liberales o sedevacantistas.
Sin embargo, tanto liberales como sedevacantistas perseveran en su exageración de la infalibilidad Papal por razones que no carecen de interés, pero esa es otra historia. De cualquier manera no se entregan fácilmente, y así es que retornan con otra objeción que merece ser respondida. Ambos dirán que argumentar que la Tradición es lo que distingue al Magisterio Ordinario es montar un círculo vicioso. Porque si la autoridad enseñante de la Iglesia, o Magisterio, existe para decir lo que es doctrina de la Iglesia, como lo hace, entonces ¿cómo puede la doctrina católica decir al mismo tiempo lo que es Magisterio? O bien el maestro autoriza lo que se enseña o bien lo que se enseña autoriza al maestro, pero no pueden ambos al mismo tiempo autorizarse mutuamente. Así que argumentar que la Tradición que se enseña autoriza al Magisterio Ordinario que está enseñando, está equivocado, y entonces el Papa es infalible no solamente en su enseñanza Extraordinaria, y entonces debemos devenir sea liberales sea sedevacantistas, ellos concluyen.
El porqué no hay círculo vicioso debe esperar hasta la próxima semana. Es tan interesante como el porqué ambos sedevacantistas y liberales caen en el mismo error sobre la infalibilidad.
Kyrie eleison.
Si cuatro condiciones todas en juego no entran.
Los Papas pueden errar en lo que dicen o enseñan.
© 2011-2014 Richard N. Williamson.
Todos los Derechos Reservados. Se otorga una licencia no exclusiva para imprimir, re-enviar por correo electrónico y/o publicar este artículo en Internet a los usuarios que así lo deseen, en el entendido de que no realizarán cambios al contenido que se reproduzca o distribuya, así como el conservar esta notificación con todas y cada una de las reproducciones del mismo como se autoriza por la presente. Fuera de esta licencia no exclusiva limitada, ninguna parte de este artículo puede ser reproducida en ninguna forma, ni por medios electrónicos ni mecánicos, sin autorización expresa y por escrito del editor, con la excepción de críticos que pudiesen citar breves pasajes en una reseña o excepto en aquellos casos en donde los derechos del contenido que ahí se reproduzca le pertenezca a su autor(es) original o a algún otro titular de los mismos. La reproducción adici onal del artículo se sujeta, por lo tanto, a la autorización expresa del mismo.
Todos los Derechos Reservados. Se otorga una licencia no exclusiva para imprimir, re-enviar por correo electrónico y/o publicar este artículo en Internet a los usuarios que así lo deseen, en el entendido de que no realizarán cambios al contenido que se reproduzca o distribuya, así como el conservar esta notificación con todas y cada una de las reproducciones del mismo como se autoriza por la presente. Fuera de esta licencia no exclusiva limitada, ninguna parte de este artículo puede ser reproducida en ninguna forma, ni por medios electrónicos ni mecánicos, sin autorización expresa y por escrito del editor, con la excepción de críticos que pudiesen citar breves pasajes en una reseña o excepto en aquellos casos en donde los derechos del contenido que ahí se reproduzca le pertenezca a su autor(es) original o a algún otro titular de los mismos. La reproducción adici onal del artículo se sujeta, por lo tanto, a la autorización expresa del mismo.